Marioneta tallada en hueso.
Marioneta compuesta por 43 partes, todas ellas talladas a mano en hueso de toro, a excepción de los botines que se realizaron en madera de cueramo y la copa del sombrero realizada en cuerno de toro de res. Las partes de la marioneta se ensamblan entre sí por medio de hilo de cáñamo translucido rematadas con cuentas también de hueso.
El mando Tozer o control vertical de se une a la marioneta por medio de 10 hilos y se distribuyen de la siguiente forma:
2 hilos controlan la cabeza.
1 hilo controla el movimiento de la mandíbula (abre y cierra).
2 hilos afianzados a los hombros para el control del tórax.
2 hilos para el control de las extremidades superiores.
1 hilo que controla la posición de la cadera.
2 hilos para el control de las extremidades inferiores.
Nacimiento de Cristo.
Técnica: Tallado.
Materiales: Hueso de res, madera de tepehuaje y pegamento blanco.
Dimensiones: 12.5cm x 12cm x 6cm apox.
Composición: La obra consta de tres personajes; Jesús de Nazaret, La virgen María y San José.
Los personajes se ven rodeados por una rítmica corriente tallada en hueso, que al igual que los personajes se incrusta sobre una base ensamblada de trozos de hueso a desnivel.
La primera etapa tallada en hueso antes mencionada se incrusta sobre una segunda base, que en este caso es de madera de tepehuaje a la que también se le tallaron motivos de espiral que buscan armonizar como un remate adicional en la culminación de la obra.
Como objetivo y visión del autor: Esta obra pretende ser un recordatorio del nacimiento de Jesús de Nazaret, personaje que para un servidor es el más claro portador de la verdad que nos lleva a la verdadera felicidad.
Mascara tipo Olmeca prehispánica.
Pieza inspirada en el arte de la cultura Olmeca; la pieza pretende rescatar el estilo del arte Olmeca prehispánico sin caer (ante los ojos de un servidor) en el vicio de las replicas, promoviendo la realización de nuevos diseños apoyados en nuestras raíces precolombinas pero con el agregado creativo de la visión propia del autor.
La pieza está realizada en 5 materiales distintos puntualizando en la siguiente descripción:
La parte central de la máscara esta realizada en hueso de res tallado, los ojos se encuentran tallados en ámbar en lo que respecta al iris y en cuerno de toro lo referente a la pupila, ambos incrustados en el hueso, de la boca del personaje sale una lengua retorcida tallada en madera de granadillo, el rostro muestra grecas talladas a manera de espirales que brotan de los ojos cristalinos.
La parte facial se sitúa al centro de otra pieza de madera de sangualica tallada en una sola pieza y se sujeta por tres estacas talladas en hueso con remates terminales a manera de cuentas. Por último la máscara tiene una gaza torcida y encerada a cuatro puntas de ixtle cuyos extremos están rematados con cuentas de hueso tapadas por trozos de madera de sangualica.
Trompo o perinola con jareta
La pieza se compone de tres partes; jareta rematada con botón de hueso, base que sujeta al trompo o perinola y la perinola o trompo en si. Es uno de nuestros juguetes tradicionales Mexicanos que cautivan con sus contornos y dinamismo y que parece desafiar las leyes de gravedad al sostenerse sobre una pequeña punta. Es un juguete que nos permite emprender el vuelo de la imaginación y relajar nuestra mente. En cuanto a mi experiencia, es un juguete que por su estructura y dinamismo me hace imaginar un fenómeno meteorológico bien conocido por todos; “EL HURACAN”. De ahí es que parte la inspiración para hacer este trabajo.
La composición artística del tallado del trompo esta basada en el extenso pero al mismo tiempo muy limitado conocimiento de nuestra cultura prehispánica, en este caso el trabajo esta inspirado en las características del Dios Maya conocido como Huracán o Jurakán (En lenguaje maya, Huracán significa "el de una sola pierna", dios del viento, tormenta y fuego. Fue también uno de los trece dioses creadores que ayudaron a construir la humanidad durante el tercer intento. Además provocó la Gran Inundación después de que los primeros hombres enfurecieron a los dioses. Supuestamente vivió en las neblinas sobre las aguas torrenciales y repitió "tierra" hasta que la tierra emergió de los océanos. Nombres alternativos: Hurakan, Huracán, Tohil, Bolon Tz´akab y K´awiil). Para investigadores como Michael Coe, con la experiencia de cincuenta años de estudios de arqueología mesoamericana, manifiesta que la unidad de estas regiones está plasmada en el simbolismo de las culturas Maya, Olmeca y Azteca. Sus investigaciones y los aportes de Miguel Covarrubias, Karl A. Taube, Fray Diego de Landa y Eric Thompson, muestran similitud entre los dioses Jurakán, Bolon Tz´akab, K´awiil y Tezcatlipoca. Partiendo de ello la pieza muestra las siguientes características:
Base o agarradera:
Los materiales que la componen son hueso de toro y acero quirúrgico forjado. La superficie del hueso está tallada al alto relieve en el cual se aprecia al Dios Huracán o K´awiil con sus característicos rasgos como la enorme nariz bifurcada, una boca provista de molares y cuando menos un largo colmillo (en este caso son 2 colmillos), ojos con forma de espiral o con vírgula, dependiendo de los códices lleva en cuerpo o extremidades símbolos que se identifican como espejos (entendiendo el espejo como una representación de lo divino e ilustrado como un ovalo atravesado por el centro por dos líneas paralelas), un espejo u orificio humeante en la frente (entendiendo al humo como la conexión con el plano espiritual, como lo que haciende) y por ultimo un pie en forma de serpiente (símbolo de la tierra, del plano terrenal), en el caso de la pieza desemboca en el orificio superior (de la base o agarradera) la cabeza de serpiente con las fauces abiertas provistas de largos colmillos, tratando de simbolizar la manifestación del meteoro “huracán” en el plano terrenal (en mi trabajo representado por el trompo o perinola). Parte del interior de la base del trompo o perinola está rematada con acero quirúrgico forjado a mano y remachado con el mismo en el hueso.
Trompo o Perinola:
La pieza se compone en su parte física de un ferrón torneado de acero quirúrgico que también actúa como eje que atraviesa 3 secciones:
1. La primera es un pequeño remate torneado y tallado de hueso.
2. La segunda es el cuerpo del trompo (barriga) hecho de cuerno de toro torneado dividido en tres secciones talladas con motivos de diferente diseño del dios K´awiil o Hurakán (apreciable en los tres sellos la característica nariz prominente, el espejo humeante en la frente, las pupilas espiraladas o con vírgula, los prominentes colmillos y el número 9 en maya simbolizado por una barra y cuatro bolitas que en los grifos parece ser el número mas representativo de K´awiil, además de llevar adornos simbolizados de cuentas y grandes aretes). Lleva también remates remachados de acero quirúrgico forjado a mano en la parte superior del cuerpo. La pieza en general está avejentada con la técnica de aplicación de oleos.
3. La tercera sección consta de un Perucho largo cuya base consta de un pequeño disco de hueso torneado y con relieves tallados, asegurando la sujeción del mismo al remacharse e incrustarse en el cuerpo del trompo. Este Perucho lleva grabado en la superficie un tramo de serpiente descendiendo hacia la barriga del trompo, también avejentado con la técnica de aplicación de oleos.
Por último la piola es de algodón sujetada a una pequeña argolla de acero quirúrgico remachada a un remate de hueso que busca armonizar con parte del relieve decorativo de la base o agarradera.
Objetivo
Como resumen este juguete busca lograr deleitar al que lo observa, entretener al que lo juega y concientizar al que lo contempla, de que nuestra cultura es mas que extensa y exquisita, sólo basta echar un breve vistazo a pequeños detalles para mostrar su brillo infinito y en ocasiones sólo basta detenernos un poco para sacar ese niño interior que nos permita viajar a universos que la vejez espiritual ya no nos deja ver.
Serpiente articulada tallada en hueso de toro con patina de oleos.
El trabajo se compone de tres partes:
La primera y más importante es la serpiente; una pieza articulada formada por veintisiete segmentos tallados en hueso de toro, el primero forma la cabeza, seguida por veinticinco que conforman el cuerpo y un último segmento que remata el final de la pieza. La serpiente combina trabajo minucioso en forma y estructura con ritmos tallados por decoraciones discretas del tipo prehispánico, lo que vuelve a la pieza un ejemplar detallado que conserva elementos tradicionales tales como el hueso (utilizado como materia prima), el elemento serpiente (animal que evidentemente ha inspirado no solo a las culturas prehispánicas sino también al resto de las culturas en todo el mundo y en el caso particular de la nuestra al grado de ser considerada una deidad y aparecer en nuestro escudo nacional) y finalmente parte de la decoración prehispánica.
La segunda y tercera parte presentan la pieza principal con motivos espiralados tallados en hueso. Sobre uno reposa la base sobre la cual se acomoda la pieza principal serpenteando, lo que nos recuerda el característico movimiento de una serpiente.
Finalmente la pieza busca mantener vivo el legado de nuestra cultura, en este caso utilizando como inspiración el elemento serpiente y como materia prima el hueso, presentando una pieza a detalle que pretende transmitir una pequeñísima parte del universo que conforma nuestro basto acervo cultural.
Nacimiento Tallado en hueso de toro incrustado sobre base de madera de tepehuaje.
El cuadro de la composición ocurre sobre una superficie circular, tallada en hueso cuyo diámetro es de 7cm, esta misma se incrusta en una base de madera de tepehuaje también tallada. Sobre la base de hueso se distribuyen los elementos que conforman propiamente “el Nacimiento de Cristo”, se agrupan de la siguiente manera:
Sobre la base tallada en hueso se aprecia un par de cuevas o cavernas que se conectan entre si (según los historiadores la cueva en donde nació Jesús constaba de dos salas, separadas por un estrechamiento de la misma cueva. La sala del fondo servía probablemente de bodega y establo. Debido a la falta de espacio en la sala principal, José y María se instalan en el lugar destinado a los animales) En la primera sala muy resguardados del frio de la noche encontramos a San José semi hincado contemplando al niño Jesús en brazos de su madre La Virgen María. Frente a la Virgen se encuentra el pesebre donde posteriormente reposaría el niño Jesús, alrededor de estos se encuentran serios y reverentes los Reyes Magos o Sabios, cada uno lleva en brazos el regalo elegido para el niño Jesús. Los animales que acompañaban y servían de transporte a los Magos les esperan afuera de la cueva, pero aun a algunos de ellos les intriga la sala donde se encuentra Jesús (como si supieran que allí reside el hijo de Dios, el portador de la Verdad, el Salvador), incluso el caballo que acompaña a uno de ellos cuando muestra su presente logra asomarse por el lado derecho, mientras que al elefante por su gran tamaño solo puede observar desde afuera, el camello por el contrario se resigna al no poder asomarse a la concurrida escena, rematando a su limitado panorama de visión un tronco seco que servía a los ocupantes para amarrar sus animales y mejor decide echarse a descansar por el agobiante viaje. Entre la primera y segunda sala se observa un pastor recargado en una de las paredes de la cueva, apoyado en su torcido bastón, observa la conmovedora escena de la Sagrada Familia y lo acompaña por el lado izquierdo su oveja más fiel. En la siguiente sala se encuentra la burrita que acompañó a José y María en su travesía y búsqueda de posada a quien acompaña un robusto buey al que también le intriga la tierna escena.
En el techo de la cueva de la primera cámara custodia un imponente ángel con las alas semiabiertas acompañando también a la estrella que según la profecía indicaría con su luz el lugar donde nacería Jesús. Para rematar en el techo de la siguiente cámara de la caverna se encuentra un pastor a la orilla del desfiladero, asomándose vertiginosamente para poder contemplar al Salvador, este pastor también va acompañado, pero a diferencia del otro a este lo acompaña su cabrito más fiel, que por más fiel que sea no deja de ser cabrito y no pierde la oportunidad de escalar el risco más alto.
Todos los elementos y personajes que integran el cuadro están “Tallados en hueso” y cada uno se incrusta sobre la base en que descansa, así mismo la obra en si lleva una pátina de oleos naturales, que en la humilde opinión del que realiza la obra (un servidor) es necesaria la aplicación de la pátina a razón de que gracias a su aplicación podemos preciar detalles del tallado que sin ella sería visualmente desgastante, además de que le brinda una protección extra al hueso, pues los aceites en los que se embeben los pigmentos penetran en la porosidad del hueso y con el tiempo fraguan endureciéndose, eso evita agrietamientos posteriores y protege la pieza contra la humedad.
La crucifixión de Cristo tallada en hueso con base de madera de tepehuaje.
La pieza pretende mostrar de manera aislada el momento desgarrador en el que la Virgen María y el apóstol Juan contemplan la crucifixión de Cristo antes de recibir la estocada de la lanza que perforo su costado.
La escena de la obra ocurre entre formaciones columnares talladas en hueso que al igual que los personajes se incrustan sobre la base de madera, todas ellas bañadas en una patina de oleos que además de acentuar detalles que sin ella serian muy difíciles de apreciar también protege al pieza de la humedad ambiental y estabiliza las posibles microfisuras que en ocasiones de manera natural presenta el hueso.
La composición consta de 3 personajes:
La Virgen María; pieza que pretende mostrar de manera humilde el indescriptible dolor que una madre puede experimentar al ver morir a su hijo, la pieza muestra a la virgen María con la mano izquierda sobre su pecho manifestando ese escozor o picazón que genera la ansiedad sobre nuestro pecho, la mano derecha dirigida hacia Cristo acentúa la impotencia de una madre por ayudar o consolar un cuerpo al que no le cabe una herida mas.
El apóstol San Juan, personaje que no se aparta de la virgen María, coloca su mano derecha sobre ella en señal se consuelo, pero aun el siendo hombre no puede evitar ser victima de la ya mencionada ansiedad y llevar su mano izquierda al abdomen como signo de un precario autoconsuelo.
Y como principal a nuestro señor Jesucristo, clavado a la cruz con mini clavos de acero forjados a mano, hecha una ultima mirada al horizonte mientras llega a su desenlace su muy dolorosa pasión, que mas que el dolor físico esta el dolor de una profunda y confirmada decepción hacia los hombres que lo torturaron, y aun así pide perdón por ellos.
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